Claves de el porque no hacemos lo que queremos hacer

¿Por qué no haces lo que dices que vas a hacer? ¿ Por qué te propones algo y no lo llevas a cabo? Lo primero que te puede venir a la mente es: » no tengo voluntad, soy un vago, estoy desmotivado», etc.

Es cierto que la voluntad y la motivación son importantes para ponerte en marcha y conseguir tus objetivos,pero no lo son todo ya que no puedes estar motivado a todas horas todos los dias de tu vida. Hay momentos de bajón y entonces es cuando bajas la guardia y abandonas. Por eso, aunque es importante tenerlos en cuenta, hace falta un factor imprescindible: tener buenos hábitos. ¿Por qué? Porque los hábitos son acciones que haces automáticamente, aunque estés desmotivado, cansado o estresado. Si, automáticamente, como cuanto te levantas y te lavas los dientes, no te supone esfuerzo ni necesitas voluntad o motivación, estás acostumbrado, es automático. Pues eso es en lo que en realidad hay que trabajar, en hacer de lo que quieres un hábito.

Decidir que quieres hacer algo no es suficiente, a tu parte racional le puede parecer lógico y factible, pero tu parte irracional quizá no esté por la labor. Llevas años apoltronado en el sofá y ahora porque de repente lo has decidido ¿vas a correr una maratón? No es tan fácil. ¿Por qué? Porque la  parte racional que toma la decisión no es la que controla tus hábitos, y por tanto, la cosa se complica. Por eso no eres capaz de conseguir algunos de tus objetivos, porque por mucho que racionalmente quieras hacer más ejercicio, dormir más o lo que sea, tus hábitos actuales son más fuertes. Y, aunque a corto o medio plazo puedes «obligarte» a hacer cambios, a largo plazo es más difícil. Consecuencia: abandonas.

Esta es una de las razones por las que proponerte objetivos realistas, específicos y medibles ayuda mucho. Sin embargo, a veces hasta esta estrategia no es suficiente y te encuentras con tus objetivos bien planteados y sin hacer avances, incluso aunque empezaras motivado. ¿Te ha pasado alguna vez? Probablemente sí, son esos objetivos que a todos se nos resisten, pero ¿por qué?

Algunos objetivos se nos resisten porque, en realidad, requieren más de lo que parece. Más tiempo, más energía, más pasos. Por ejemplo, a lo mejor te has planteado hacer más ejercicio a partir de ahora. Tres días a la semana harás 30 minutos de ejercicio, no es excesivo, sabes que para ti es realista y de verdad quieres ponerte en forma ya. Sólo que no lo haces y empiezas a sentirte mal porque tendrías que esforzarte más, etc. Pero en realidad no es que tengas que esforzarte más o que seas una vago,  no lo haces porque no es tan fácil, no es hacer 30 minutos de ejercicio y ya está. Es ponerte ropa de deporte y ducharte cuando acabes, ir al gimnasio o buscar un vídeo de ejercicios, decidir que días, etc. Hay muchos pasos y acciones implícitas que no te habías parado a considerar y que son los responsables de que sigas sin hacer nada.

Piénsalo, ¿cuántas de las cosas que has pospuesto en realidad requerían de más acciones de las que has tenido en cuenta? La solución entonces es hacerte las cosas fáciles, planear todas y cada una de las acciones necesarias y llevarlas a cabo intentando incorporarlas a tu vida, convirtiéndolas en hábitos. Al principio puede que cueste un poco.. pero pasada la barrera inicial serán como lavarte los dientes.

 

 

 

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